De acuerdo, estas cansad@, has buscado tanto....has hecho tantos esfuerzos...avanzas...y luego parece que en un segundo echas por tierra todo lo construido...una voz pegajosa te grita desde un lugar de la mente : "Eres un inútil, al final ya perdí las esperanzas contigo, olvidate de mi, has lo que quieras"...y te retuerces de dolor y frustración porque esta voz te aleja de tu derecho divino a ser feliz. Intentas no oirla pero ella insiste con sus mensajes: "tanto tiempo meditando y aun no consigues ser libre", "¿de que te sirve hacer respiración si después te alimentas tan mal?", "con esa inestabilidad emocional no llegarás a ningún lado" y mil cosas por el estilo....insiste, dolorosamente insiste. Te acusa de ser miserable, de no tener amor para ti mismo, de ser un eterno buscador que nunca encuentra nada, de no amar la vida, de no tener voluntad, de apegarte a la ilusión....acusa...acusa...y acusa. Y entonces sientes que tal vez mejor tirar la toalla...ya nada que buscar, hacer lo mejor que puedas y olvidarte de esas pavadas del desarrollo espiritual que solo es patrimonio de unos pocos escogidos.
Pero en otro lugar que no es la mente, tal vez el corazón, tal vez el alma....una madre aguarda silenciosamente a que la escuches...a que llegues al fin vencid@ y te recuestes en sus brazos...una madre que no te va a juzgar por tu falta de voluntad, por tu inestabilidad, por tu cobardia, por tu ignorancia...
Esa madre siempre está, no importa cuanto tiempo hayamos pasado lejos de ella, nos espera siempre dispuesta a escucharnos, mimarnos y hacernos cosquillas para que veamos que al fin esas heridas son solo unas nanas pasajeras...y que nunca podrán quitarnos la sonrisa..
Nos dirá "bueno, te caiste...¿y que hay con eso?....todos se caen...todos se lastiman...todos se sanan" y colocará su mano amorosa sobre la herida y con un simple sana- sana sentiremos que vuelve la risa, el amor, la esperanza....que tenemos el derecho a buscar, explorar, caer y volver a levantarnos...cuantas veces lo requiera el camino, la vida....sin avergonzarnos por ello.
Busca esa Madre...buscala porque está en un lugar de tu ser...deja que ella te aconseje sin palabras...dejate abrazar y siente todo el amor que tiene para darte...no tienes que hacer nada especial...solo sentirlo...
Quedate en ese santuario todo el tiempo que necesites para recobrar las fuerzas....porque en ese santuario la voz que juzga no tiene cabida...
No hay comentarios:
Publicar un comentario