El viaje iniciatico

La mente es mágica. Somos Dioses. Podemos efectivamente crear lo que deseamos para nuestras vidas. Podemos, pero primero debemos recordar eso que siempre fuimos. Apropiarnos e integrar hasta lo mas profundo de nuestras celulas esa absoluta certeza de que somos Dioses completos e ilimitados. En las primeras etapas de nuestro desarrollo espiritual tomamos contacto esporadicamente con esta verdad y realizamos algunas proezas alquimicas, facilmente visibles para el mundo que nos rodea ya que son cosas que debido a nuestro escaso desarrollo estan relacionadas al mundo de la materia, de lo visible y palpable a simple vista (una casa, una pareja, etc). Y hasta ahi somos creibles para nosotros y los otros que nos ven de afuera. Pero aun estamos en el reino de la inconciencia, hipnotizados por los espejitos de colores que hemos ido creando. Hasta que un día nuestros intentos de alquimia dejan de funcionar. Y entramos en crisis y pensamos "se acabo la magia". No podemos ver que esta crisis es un llamado, un verdadero llamado a no quedarnos atrapados en el mundo de la ilusion, en el juego de la magia. Hasta ahora tal vez haciamos tal o cual asana, respirabamos, creiamos meditar al cerrar los ojos y relajarnos. Y eso estaba muy bien, pequeños logros que aplicabamos a nuestra vida cotidiana que seguia siendo la misma solo que un poco mas relajada. Y tampoco esperabamos que hubiera mas que eso. Pero llego la crisis de la magia. Y con ella comienza la verdadera creación, la transformacion no ya de lo que esta afuera, sino de nuestros densos materiales internos. Y descubrimos que los viejos pases magicos de nada pueden servirnos para semejante tarea. De pronto nos encontramos en la oscuridad, solos y atrapados por todas nuestras fieras, en la espesura de un bosque, en un laberinto que parece sin salida. No hay vuelta atras y la luz nos llama, pulsa desde algun sitio e insiste, desde algun sitio de nosotros mismos nos insiste, nos estorba, no nos permite ignorarla. Nos invita a vivir plenamente concientes este viaje. Nos pide que con los ojos muy abiertos veamos dentro nuestro todo lo que nos aterra reconocer como nuestro, desentierra dolores y heridas. Estamos en nuestro viaje iniciatico y por momentos queremos gritar como bebes "mami, llevame a casa" y no nos damos cuenta que la luz se esta encargando de este ansiado retorno. Hasta que de pronto, un flash, la luz lo ilumina todo y te das cuenta que recorriste en un segundo fuera del tiempo la enorme distancia que te separaba de ti mismo, no ya de tu ego, de tus falsas identificaciones y personajes, sino de ti mismo, ser completo y autentico. Y en ese momento te instalas como en un merecido trono de tu conciencia y sonries y te sonries al darte cuenta que la llave siempre estuvo en tus manos y era tan simple como amar, como enamorarte de ti mismo y de la vida en toda su plenitud, solo observando, sintiendo y agradeciendo, ahi mismo donde estabas en el medio de tu crisis que se burlaba de ti, tan solo hubiera alcanzado con que la amaras. Y entonces te das cuenta que puedes volver a crear todos los productos de tu alquimia anterior pero mejores..aunque tal vez...todas estas cosas...comparadas con el gozo y la seguridad de estar en tu verdadero hogar ...todas estas cosas...ya no tienen mucha importancia...